La vida de las mujeres en los países árabes nunca ha sido fácil, y lo es aún menos si además son cristianas. Las persecuciones religiosas a las minorías que profesan el cristianismo se ha convertido en un problema habitual en lugares como Pakistán, Irak, Egipto, Siria o Irán que se ha agravado aún más en los últimos meses.
El caso más estremecedor es el de la joven Mariam, una cristiana de 15 años residente en Siria que fue violada en repetidas ocasiones y ejecutada el pasado junio. Por entonces, según una agencia de noticias siria, el líder del grupo Jabhat al-Nusra, en Qusair, se casó con Mariam, la violó y, seguidamente, la repudió. Entonces, la joven fue forzada a casarse con otro seguidor del islam, que también repitió el mismo procedimiento.
La tortura de Mariam se prolongó durante 15 agónicos días en los que fue violada por 15 hombres distintos. Al final, la locura tomó las riendas de su cuerpo y, ya declarada loca, fue ejecutada.
Las oleadas de violencia hacia los cristianos, a veces amparándose en la ley, se extendieron con especial virulencia en junio por todo el mundo. Irak, Kenia, Nigeria y Siria fueron cuatro de los lugares en los que la violencia hacia las iglesias y los monasterios se extendió con mayor rapidez.
Por otro lado, en otros países como Indonesia, Pakistán o Somalia la violencia se centró en el ataque hacia las libertades y la moral cristianas. En Indonesia, el Concilio de Ulema (MUI) aseguró que los colegios cristianos –cuya calidad en la enseñanza goza de un mayor reconocimiento en el país– eran “inmorales” para los jóvenes musulmanes, que se acercaban a sus aulas por la prometida calidad de la educación. O en Somalia, los islamistas del grupo terrorista Al Shabaab ejecutaron en público a un hombre de 28 años tras determinar que se había convertido al cristianismo.
100.000 ejecutados al año
El dato es estremecedor: alrededor de 100.000 cristianos son asesinados al año, y la mayoría de ellos lo hacen en los países de mayoría musulmana. El dato, según el representante de la Santa Sede ante la ONU, monseñor Silvano María Tomasi, se debe a persecuciones tanto en la esfera pública como en la privada. La dejadez de las autoridades públicas obliga a muchos de ellos a abandonar sus hogares, ya sea por iniciativa propia o forzados por la sociedad.
Fuente: AcontecerCristiano.Net, Noticiero Virtual Cristiano de ESA.
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